miércoles, 10 de septiembre de 2014

El psiquiatra, una película no apta para cardiacos

El psiquiatra, una película no apta para cardiacos
                                                                                                                          Hugo Álvarez  Pifano
La película genera momentos de tensión y sentimientos de impotencia, muestra bien lo que es el poder y la manipulación. Hay partes donde la sensación de impotencia es tan grande que da asco y rabia. El director juega bien con los sentimientos del espectador en ese sentido. Es un buen cambio ver cine de esta altura en nuestro país, con factura técnica e interpretaciones memorables.
 El psiquiatra es sin duda la película más esperada de este año. Ha generado expectativas muy altas y a pocas semanas de su estreno (12 de septiembre 2014), miles de personas la están esperando con ansiedad. Cada cabeza espera algo distinto pero hay que evaluar las cosas por lo que son y en su justa medida, en consecuencia trataremos de dar respuesta a lo que busca cada espectador en esta cinta cinematográfica.
Manuel Pifano, el director de la película, ha clasificado su  obra como un thriller psicológico, esto es según definición: "un subgénero del suspense/thriller, que generalmente tiene como tema central un enfrentamiento (o juego) entre los personajes -más mental que físico-  en el cual los aspectos intelectuales o mentales desempeñan un papel de gran importancia" En esta definición estoy personalmente de acuerdo. En efecto, la película no es un policial, ni tampoco un simple drama, el que espere ver eso se decepcionará, más bien el film combina elementos de estos dos géneros, pero el tema central es el juego y dominio psicológico de un médico con su joven paciente.
La historia cuenta como se conoce el afamado psiquiatra con la víctima, como la seduce, la usa y cuando siente que no la puede controlar, la mata para silenciarla. En paralelo vemos partes de la investigación policial, como se realizan los interrogatorios y la forma en que poco a poco se va armando el caso. Considero que el rompimiento de la estructura clásica-lineal del guion, para que transcurra en dos tiempos, es un buen mecanismo de innovación en nuestro cine y ayuda a bajar los picos de tensión que llegan a ser bastante altos en las secuencias del pasado, sobre todo cuando Elías Aponte (El psiquiatra) comparte escena con Sofía Méndez (la victima).
La película genera momentos de tensión y sentimientos de impotencia, muestra bien lo que es el poder y la manipulación. Hay partes donde la sensación de impotencia es tan grande que da asco y rabia. El director juega bien con los sentimientos del espectador en ese sentido. Es un buen cambio ver cine de esta altura en nuestro país, con factura técnica e interpretaciones memorables.
Hay muchos nuevos talentos en este film, como Jean Franco De Marchi, quien resalta con  fuerza y dinamismo la acción policial que requiere el suspenso del thriller, aun cuando su participación es secundaria. Pero, esta es sin lugar a dudas, una película donde el protagonismo recae casi totalmente en la debutante Evelia Di Gennaro, que hace el papel de su vida como Sofía Méndez. En esta cinta ella plasma toda la dulzura, inocencia y luz que debe transmitir para ganarse al espectador, y donde el primer actor José Domínguez –en una interpretación magistral, digna de su clase- genera las sombras, hasta llegar a la oscuridad que  va apagando con su maldad a la pequeña Lucía. Destacan con buenas actuaciones, Marcela Girón, Alejandro Palacios y María Gabriela Díaz. Mención especial requiere la música, realizada por un joven compositor que comienza con pie firme en el mundo del cine: René Rivera.

Definitivamente es una película que hay que ver, es intimista, fuerte y emocional, no apta para cardiacos.









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